Hola, mi nombre es Felipe nací en Capital Federal el 20 de junio de 1946 bajo el signo de Geminis, desde muy niño demostre capacidad y don de servicio que años mas tarde me sirvieron para entrar a la fuerza policial en febrero del 69.
En esa epoca ya empezaba convulsionar lo que años mas tarde reventaria y caeria por su propio peso:que Onganía, que el cordobazo, que la guerrilla y que la puta que los pario a todos.
Comence trabajando en la seccional del barrio de Congreso con apenas 23 años, lo cual no fue tarea facil, servia café, hacia mandados de todos los tipos y gracias a mi carisma o cara de nene bueno me gane el cariño de mis altos jefes(cosa dificil por aquellos años y aun hoy).
Mi primer gran aparición en las calles fue el 15 de julio de ese mismo año y de mera casualidad: Me encontraba tomando mi cafe matinal entre recorrido y recorrido cuando una estampida se hizo oir desde la ventana del bar donde ya era mi costumbre sentarme.No lo dude un instante y sali corriendo hacia el origen de la explosion y luchando contra un malon de gente a las corridas con la desesperación visible,
lluegué al lugar o a lo poco que quedaba de el y me encontré con una decena de personas ensangrentadas y una lluvia de papelitos como si fuese una tribuna de Futbol, realmente una escena diabolicamente encantadora, sí, encantadora.
Entre gritos y empujones pude sacar a un par de heridos que estaban atascados dentro de la galeria donde sucedió todo pero mas allá de mi esfuerzo y el de mis colegas de la seccional no pudimos evitar el necrologico desastre de las diez victimas fatales a causa del siniestro, sinistro que horas mas tarde se adjudicaron lo muchachos del Frente para la Liberación mas conocidos como La guerrilla.
No dejandome tirar abajo y sabiendo que era un escalon mas en la vida de todo policía seguí adelante y días despues nos encontrabamos todos en la seccional frente a un televisor viendo como tres sujetos que habian sido arrojados al espacio llegaban a la luna.
Con el paso de los meses y años la cosa cambió, ni para bien ni para mal, solo cambió.
En el 74 me dan el traslado a una seccional de Avellaneda donde proseguí con mi deber casi les diría en absoluta calma hasta por lo menos dos años y pico.
En el 76 sobrevino el desastre del que les hablaba y comenzó lo que llamaban el Proceso de Reorganización Nacional...faaaaaaaa sonaba bien, hay que admitirlo, sonaba bien.
-''Donde tenes la imprenta rata imunda? Donde mierda la tenes?'' - Canturreaba el Comisario Gimenez, mi superior, a un pendejo de mas o menos 25 años al cual lo habian sometido a una maratonica sesion de golpes de ni mas ni menos que cinco horas en el despacho del fondo, que cariñosamente le llamabamos ''el cuartito''. Solo unos poco podíamos entrar al ''cuartito'' las contadas veces que lo hice fue para interrogar a un par de pibes que se hacian los piolas en una plaza con una guitarra a las 3 de la mañana y fumaban marihuana, luego para dar el toque final llegaba Gimenez y se pudría todo, para ese entonces mi sistema nervioso central era lo mas parecido a una caja llena de abejas pero con el tiempo me acostumbre y lo que es peor me hice uno mas de ellos.
La primavera de ese mismo año fue movida junto a mi compañero, el oficial Antunez, teniamos la guardia de la noche en un taller mecanico apropiado por la policia federal y que hacia las veces de centro de detención debido a la superpoblacion de las seccionales, comisarias etc.
Ahi adentro veíamos de todo, hippies, guerrileros, emulos del Che Guevara y hasta tarados que decian que Perón estaba vivo, etc.
Siempre obedecí ordenes, siempre fui un gran miembro del cuerpo policial, nunca resisti una directiva y menos del Comisario Gimenez, ademas como hijo y nieto de ex miembros de la fuerza debía demostrar de que estaba hecho.
La noche del 27 de septiembre llegan en un furgon los oficiales Carrizo y Namuncurá y traían con ellos nueve personas, todas jovenes, entre los que habia embarazadas, para que los hagamos ''hablar''.
-''A estos los encontramos en un sucucho de la avenida Yrigoyen, encontramos tarros de pintura y planchas de carton que seguramente iban a usar para carteles o alguna pelotudez de esas'' - dijo Carrizo
-Y Gimenez? - dije yo
-''Naa, el Pichon Gimenez no viene, esta noche le toca quedarse en el cuartito, pero si lo necesitas llamalo que viene como trueno el muy hijo de puta''- respondio un emocionado Carrizo
En el galpon, tambien teniamos nuestro propio ''cuartito'' y la dabamos la misma utilidad que el otro ubicado en la seccional de la calle Lavalle.
Esa noche me toco hablar con cuatro de los nueve visitantes que venian del sucucho de comunista y con ninguno hubo caso, no querian cantar nada, asi que me toco hacerlos ''afinar''.
Solo me apiade de Paula, la embarazada a la que no le temblo el pulso para escupirme a la cara ni a mi para meterle un revez que la dejo sentada de culo en el cemento.
A los tres restantes insultos y patadas mediante se los encargue a Gimenez que vino, como me dijo Carrizo, cual trueno.
-''A ver mierdas, porque no le cuenta al tio Pichon lo que hacian con esas pinturitas, mierdas!!!'' - Rezaba Gimenez al cuarteto sangrante de detenidos.
Pero no hubo caso, ninguno cedió y se los termino llevando Gimenez en su ya famoso ''tour del furgon''.No los ví mas.Como tampoco ví mas a los hermanos Ghidone, dos flacos pelilargos con remeras multicolores que cometieron el gravisimo error de cantar a viva voz frente a la comisaría en la navidad de ese mismo año, o como a Pagliazzi el bailarin, una leyenda de la milonga porteña, que segun me entere apareció en la estación de Constitución sin las piernas porque el tren se las cortó ''accidentalmente''.
En febrero del 82 me desayuno con la noticia de que habían encontrado a Gimenez colgado de una viga en el fondo de su casa, nada de cartas, ni despedidas, apareció muerto nomas .
El mismo fin tuvo mi compañero Antunez y su mujer Clara, los dos el mismo dia pero un año despues.
Mientras tanto yo, viendo como todo alrrededor se abarrotaba y caía, sedantes por medio proseguí con mi deber.Vino el juicio a las juntas y por mi parte me salve entre los indios.
Hoy, diez años despues de jubilarme trabajo de sereno en un parque de diversiones de Avellaneda, de vez en cuando me subo a la vuelta al mundo y giro hasta cansarme y cuando voy por la vuelta numero quinientos treinta y seis se sienta a mi lado Paula todavía embarazada, luego lo sigue Antunez mientras los hermanos Ghidone cantan para nosotros hasta que sale el sol y me voy a casa donde me espera mi mujer con un mate en la mano y un ''Buen día Gimenez, como te fue en el trabajo?''
Ladrón de Aspirinetas
arroyitoviceversa@hotmail.com
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