13/7/10

DULCE NIÑO MÍO

El nene tiene apenas cinco años, papá llega del trabajo y le trae una parva de caramelos masticables de esos que hacen a cuadras de su casa, mamá mientras tanto prepara la comida para que el Nene junto a toda la familia disfruten mientras ojean alguna pavada en la tele.
Día tras día el nene va al jardín donde se encuentra con sus amigos que son muchos y es feliz, así, lisa y llanamente, juego va y juego viene intercambia miradas con alguna amiguita con aroma a primera noviecita.
Si hay un momento del día favorito es a la salida del jardín, camino a casa, donde pasa con su mamá por el kiosco del barrio y obligadamente el sr. kioskero le regala su oblea de chocolate junto con una sonrisa cristalina.
Los abuelos de el nene son verdaderos cómplices de sus aventuras, todo lo encubren en caso de que papá o mamá se enteren y además hacen los regalos mas extraordinarios.
El nene no piensa en el futuro, porque de hecho no sabe que carajo es, mientras pueda seguir viendo a papa, mamá y sus amigos, todo bien.
El nene no tiene hermanos, pero igual disfruta de su ''soledad'' y hasta tiene un amigo imaginario que se llama Pomo y es mitad mono, mitad hombre.
Su vida transcurre livianamente hasta pasados un par de años, mientras tanto el nene abre los ojos, papá parece mas enojado que en otras épocas, mamá habla cada vez menos y grita cada vez mas, los abuelos se van yendo de a poco, primero su nono Luis y luego por tristeza la nona Rosa, luego de ese raid aniquilador el nene borra de su cara la sonrisa poco a poco, se aleja de todos y ni siquiera confía en el amor del prójimo, ni en sus amigos que ya no son muchos, sino contados con los dedos de las manos, las mismas manos con las que toca el piano que era de su difunta abuela y de vez en cuando le escribe una canción a su primer amor que dicho sea de paso se fue del pueblo y nunca mas se supo de ella.
Por decantación el nene pierde el brillo en su rostro, pierde olgadez y se transforma poco a poco en un pelotudo andante propicio a caer en todos y cada uno de los precipicios ociosos de cualquier adolescente, sin retorno alguno.
Papá ya no vuelve del trabajo, papá cayó en cama por la depresión y mamá mantiene un affaire inacabable con el Clonazepam.
El nene se caga en todos, el nene hace la suya y se recontra caga en todos.
El nene tiene una, dos, tres, cuatro, cinco minas que se curte cuando tiene ganas y tiempo porque además de todo se mata laburando para comprarse un pasaje a la recalcada concha de la lora, donde seguramente volverá a tener cinco años, papá le traerá caramelos de vuelta a casa, mamá cocinara para todos, los abuelos estarán malcriando pero por sobre todas las cosas vivos, sus amigos serán muchos y seguramente observara cautelosamente a quien podría ser su noviecita, no sin antes empuñar una oblea que el señor kiosquero le regalará y vayanse todos a la concha de su madre.-

1 comentario:

  1. "El nene se caga en todos, el nene hace la suya y se recontra caga en todos."

    Eso es la adolescencia, mueransé putos!!

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